Un severo editorial de El Momento («[Crónica de un abandono]: El Remanso, destinado a esmorecer, o a seguir castigando a los vecinos») publicado el 29 de febrero ya abordaba que «estos próximos meses servirán para calibrar si Inés Rey nos traicionará o no». Parece que María Pita ha reaccionado y pagará su deuda, estas son las obras que vendrán:
Ampliación de zonas peatonales
El estado de alarma ha condicionada todos los niveles de la política y gestión municipal, de hecho, el Concello valora adoptar determinados espacios para la vida pos-coronavirus. Ha diseñado un plan de medidas para apropiar el espacio público a la salida progresiva del confinamiento de la ciudadanía y garantizar la distancia social para prevenir el contagio.
En algunos casos estas medidas podrían ser permanentes, como en la coyuntura de Cuatro Caminos, donde se está estudiando habilitar un corredor peatonal entre la zona de Cuatro Caminos y el barrio de Matogrande. Se trata más bien de un ensayo, que Urbanismo implantarña de forma definitiva si comprueba que el modelo funciona.
El Remanos y el eterno retorno
«Revestidos de alcaldes, y haciendo del horror vacui la clave milagrosa de su arte retórica, transformaron cualquier galimatías jurídico, político o económico en una dulcísima nana. Lejos de actuar en favor de Cuatro Caminos, los alcaldes nos llevan engañando con decenas de proyectos y medidas que nunca se han llevado a cabo. Porque el Remanso está como siempre, o peor. Hecho un desastre, rodeado desde el pasado verano por vallas metálicas para evitar que se repitan las continuas okupaciones y los incendios registrados meses atrás. « Denunciábamos en nuestro editorial.
Sin embargo, el barrio quedará, por fin, a merced del auxilio europeo. Los fondos FEDER servirán para remodelar el Remanso y convertirlo en un espacio destinado para uso juvenil. Todavía es una incógnita si las obras comenzarán el año que viene o después.

Es por ello que el ¿cuándo? y el ¿cómo? son nuestro estigma y nuestra redención. Las dudas a la que estamos sometidos nos hace, plena y firmemente, cuatrocaminenses. El abandono y la desidia por parte del Concello son la piedra angular, central y esencial de una política de extinción del barrio.
Un barrio conectado: carril bici y una ruta de 3,5 kilómetros

El carril bici de la calle Alcalde Puga y Parda ha sido un primer movimiento en el tablero de la política municipal del barrio. Tras los continuos jaques lanzados por nuestro medio, el Concello ha reaccionado. Apenas un sencillo enroque, una jugada de distracción pero que puede ser parte de algo mayor. El plan pasa por crear una gran vía que enlace, libre de coches, conectar el parque de San Diego con el futuro parque del Agra.
La calle Alcalde Marchesi volverá a ser peatonal hasta la fuente de Cuatro Caminos, como ya ocurrió durante la Navidad de este año. La senda continuará por las nuevas aceras de Puga y Parda hasta adentrarse en los Mallos.
Sin embargo, esta medida cuenta con sus detractores. Un comerciante consultado nos comenta que «desde la calle Puga y Parga es mejor no entrar en Alcalde Marchesi. Es preferible entrar por la Avenida de Oza. Lo de Alcalde Marchesi no es buena idea porque la parte de arriba es fundamental para el tráfico de la zona; ya quedó demostrado en las navidades con los atascos que se produjeron en las calles aledañas, y con el poco aprovechamiento peatonal que tuvo».
Redacción.
