
Cuatro Caminos se queda sin su oro. Los vecinos comienzan a empeñar sus joyas y a vender todo lo que reluce. La falta de liquidez obliga a las familias y comerciantes a deshacerse de los objetos más valiosos para afrontar la crisis.
En tiempo de riesgo económico, y cuando hay acuciante falta de liquidez, llega el momento de vender objetos valiosos que proceden de anteriores generaciones. La necesidad obliga a desprenderse de joyas, alianzas matrimoniales, relojes, monedas y también valiosas plumas y monedas romanas. El oro es un valor seguro, en el que se refugian, aunque sea con pesar, quienes precisan de efectivo inmediato.
Desde las casas de compro oro puntualizan:
«Las llamadas han ido creciendo a medida que han pasado los días y sabemos que mañana, una vez abramos, esto se va a llenar. Hay mucha demanda por falta de financiación y la gente quiere liquidez empeñando sus joyas».
Las medidas de seguridad se han incrementado por el covid-19, aunque ya de por sí este tipo de instalaciones disponen de cristales blindados, pero ahora se pondrán geles hidroalcóholicos, guantes y paneles para indicar la distancia mínima.
Desde una tienda del barrio, su gerente nos constata que «la gente necesita de forma rápida dinero, son personas a las que han despedido o que necesitan hacer frente a los pagos de su negocio.» Por otro lado, esperan que las familias actúen con precaución y serenidad. La crisis sanitaria también ha afectado al precio del gramo.
Redacción.
