La vida, sumida en su enorme contradicción, ha traído la muerte cuando menos lo esperábamos. Aunque nunca ha dejado de estar. La alarma no termina, se transforma, la lucha se mantiene, 101 días después.
Cuatro Caminos supera con buena nota el estado de alarma
No estábamos preparados para recibir todos los días la noticia de centenares de muertes en España por una misma causa insospechada que también nos rondaba a nosotros. La irrupción del covid-19 en la vida de miles de coruñeses que, como el resto de habitantes del planeta, no podía imaginar que un virus iba a ponerlo todo patas arriba, y que para atajarlo se decretaría un estado de alarma para todo el país que ahora finaliza, prácticamente 100 días después. Por tan dura senda se han quedado miles de personas.
Tres han sido las claves que han permitido a Galicia superar semejante reto. La primera es, el acierto de esas medidas iniciales, cargadas de improvisación por la ausencia de precedentes, iniciando un rápido confinamiento. La heroica labor de los servicios públicos, con especial protagonismo de unos sanitarios que se enfrentaron a la pandemia sin las protecciones adecuadas. Y, por último, el notable civismo por parte de la ciudadanía gallega. Más allá de los lamentables de turno, el abrumador respeto a las pautas fijadas por las autoridades ha salvado muchas vidas.
Pero mientras Galicia (y España) llegan a la «nueva normalidad» la pandemia, no hay que olvidarlo, está en su punto más álgido a nivel de un planeta cada vez más pequeño.
TRES MESES CONFINADOS, en inmágenes
Miles de «panettones», donación del Deportivo de La Coruña en las oficinas de la Seguridad Social Vehículos militares de la operación Balmis 556 personas de Cuatro Caminos recibirán el Ingreso Mínimo Los bares, cerrados durante meses Cientos de negocios, incapaces de continuar Adhesivo de la Asociación de Comerciantes de Catro Camiños Los aplasusos, un faro en la oscuridad Dos meses sin coches La mascarilla, imperativo legal Mejor no entre Prohibido beber Vacío y callado Adiós a los paseos Ciudad sin coches Apagón final El Delicias, primera vez con un descanso Largas colas, entre el miedo y la inseguridad Los obreros, los únicos con trabajo No juegue aquí La fuente, sin agua