El fin del escrutinio otorga la cuarta mayoría absoluta a Alberto Núñez Feijóo, mientras que la líder del BNG toca techo. El PSdG vuelve a 1997 y Podemos desaparece.
El PPdG ha ganado con claridad las elecciones autonómicas en Galicia, que a su vez han retratado el paisaje más nacionalista de la historia de Galicia y han castigado a Podemos. Los de Feijóo obtienen el 48% de intención de voto, 620.000 votos y 41 escaños, a uno del techo que alcanzó Fraga en 1993. Lo ha hecho en unos comicios marcados por la pandemia, bajo unas notables garantías sanitarias y en las que ha funcionado la máxima de Ignacio de Loyola: en tiempo de desolación no hacer mudanza. Es decir, la sociedad gallega no tiene gran pulsión de cambio. Pero también ha premiado al BNG, que experimenta un fuerte ascenso al lograr el triple de parlamentarios, y pasar de 6 a 19, afianzándose como segunda fuerza política y alternativa de oposición con el 23,79% de voto y 307.000 votos
El 12-J ha sido el escenario de esta tormenta perfecta. La abstención no se ha notado en estas elecciones excepcionales, del 41%, es levemente inferior a lade hace cuatro años. El territorio más abstencionista fue Lugo -casi el 46,5%- y el que registró más participación fue la provincia de A Coruña. En total, seis de cada diez gallegos votaron.
Las elecciones en la ciudad.
Los concejales Avia Veira y Francisco Jorquera acompañaron a Mercedes Queixas, número 3 de la candidatura nacionalista, en la plaza de Azcárraga, mientras celebraban el resultado de su partido. Por otro lado, las cuentas municipales de las Mareas callaron. Una estrepitosa derrota: de segunda fuerza al olvido; de asaltar los cielos a asaltar las cloacas. El PSdG mantuvo un encuentro con la militancia en su sede de Zalaeta.
Redacción.
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