Sanidad ve dificultades en el rastreo de positivos por la negativa de los jóvenes a «chivarse». También alerta de que se niega a cumplir los aislamientos cuando los contagios vuelven a dispararse y se duplican en una sola jornada.
Los sanitarios y coordinadora de la red de vigilancia de casos y contactos, un equipo de casi tres centenares de personas que sigue el rastro del virus y que cada vez que aparece un positivo busca en su entorno posibles contagios, se encuentran «muy preocupados». También están frustrados. «Podemos montar una red de seguimiento fenomenal, pero si la gente no ayuda es imposible contener la pandemia».
Cuando habla de «la gente» se refiere fundamentalmente a los jóvenes y adolescentes, que no están colaborando como se esperaría de una generación que asumimos como tan bien formada e impregnada de valores elevados. Desde los distintos departamentos autonómicos responsables de sanidad lanzan un SOS para pedir la colaboración ciudadana ya denota que la situación es grave. Y más cuando en los últimos tiempos las administraciones siempre han sido más propensas al ensalzamiento de la responsabilidad colectiva, a alabar el compromiso ciudadano en la lucha contra el coronavirus y a minimizar el impacto de las conductas irresponsables evitando estigmatizaciones injustas.
Pero ahora, con los contagios disparándose –casi 628 –, prácticamente duplicándose de un día para otro, no es el momento de dar masajes a la autoestima. Más bien es el momento de agitar conciencias. ¿Qué es lo que tiene tan preocupadas a las autoridades sanitarias?
«La gente joven está haciendo muy mal los aislamientos y la prevención. Necesitamos que los padres nos ayuden». Dice que da la impresión de que «hemos perdido el miedo» a una pandemia que ha dejado en España más de 28.000 personas fallecidas de froma oficial, un sistema sanitario exhausto y una crisis económica que amenaza con hipotecar el futuro, precisamente, de quienes ahora son objeto de advertencia.
Hay varias actitudes que están poniendo en dificultades el trabajo de los expertos para cortarle las patas al Covid-19. La primera tiene que ver con dar una información fiable. Cuando se detecta un positivo, es vital que la persona infectada facilite sus «contactos estrechos», es decir, personas con quienes ha estado más de quince minutos a menos de dos metros de distancia. Pues bien, «les llamas y no te dicen nada por no chivarse; por no delatarse entre ellos no dan la información de manera real».Eso es un problema importante porque la rapidez, la agilidad, es vital para evitar la propagación del coronavirus.
Redacción.
