[ECONOMÍA]: Alquilar, un privilegio de funcionario

Para alquilar un piso ahora hay que presentar casi un perfil digno de la red profesional Linkedin. Los futuros inquilinos no solo se enfrentan a precios altos, enquistados casi, sino a las exigencias laborales de los propietarios. Aquellos que están en ERTE, paro o que trabajan en el sector turístico lo tienen aún más difícil dada la coyuntura.


Los anuncios son claros. «Ideal para empleados de sanidad y estudiantes. Disponible en octubre de 2020», reza un anuncio de un piso en la zona de Cuatro Caminos de más de 130 metros cuadrados y por 1.200 euros. El inquilino tiene que desembolsar además 3.600 euros más IVA para entrar: mes corriente, fianza y un mes de agencia.

«Apartamento para ‘singles’. Ideal para trabajadores desplazados en Mallorca. Profesionales del sector náutico, profesores, personal sanitario». ¿El precio? 750 euros por 50 metros cuadrados, a los que hay que sumar 325 euros de agencia y 600 de fianza. El añadido «imprescindible referencias laborales estables» parece un requisito difícil de cumplir en estos tiempos.

El fenómeno

A este fenómeno nuevo se suma el precio del alquiler de la vivienda. Si el salario medio de Galicia es de 1.549€ euros al mes neto, se deberían destinar el 35 por ciento recomendado. Sin embargo, esto son solo medias. Según la Agencia Tributaria, tres de cada diez trabajadores Galicia no cobraron más de 736 euros mensuales en 2018 y la mitad de los asalariados no superó los 1.500 euros. Acceder a un piso de 900 euros, pues, se hacer harto difícil.

Eso sí, en esta crisis sanitaria que ha conllevado al desplome de los ingresos «los arrendadores han negociado y la gran mayoría han bajado el precio del alquiler un 30 por ciento a fondo perdido. Otra opción es bajar la cantidad a pagar cada mes y negociar el pago del alquiler pendiente a final del contrato. Hay muchos arrendadores que viven de este alquiler.

Redacción.