El Concello de A Coruña apura los procedimientos burocráticos para incluir diez edificios en el Catálogo de Edificios Protexidos del Plan Xeral de Ordenación Municipal. Inmuebles que, por su belleza y singularidad, destacan por encima de los demás. Uno de ellos, en Cuatro Caminos.
En el primer tercio del siglo XX, exactamente en 1910, se construyó una singular casa de galerías y granito en el número 43 de Fernández Latorre. No solo un paralelismo en el tiempo le inscribe dentro de la Gran Guerra, de sus acontecimientos derivados del horror, de la revolución soviética, del crack del 29… Sino que sus piedras recorrieron la fisionomía del haber sido espectadores y actores de más de 110 años de historia.
Esta decisión permitirá proteger a esta decena de inmuebles antes de que finalice la suspensión de sus licencias, las cuales tienen una vigencia de pocos días. La alcaldesa, Inés Rey, asegura que estes edificios son patrimonio de la ciudad y tienen que estar protegidos. Lo que permitirá señalar, además, el régimen de obras permitidas en el inmueble y dotar de seguridad jurídica a los futuros proyectos.
El propio Concello, ha decidido establecer también una singular jerarquía entre los edificios que se han de proteger, en base a unos criterios desconocidos. Para ellos, destacan por encima de otros el edificio Citröen, obra de Andrés Fernández Albalat, del año 1959, o la Escola Pablo Picasso, edificio de José Antonio Corrales. Parece que debemos recordar que existen inmuebles por encima de otros, quizás porque estos no se encuentran en Cuatro Caminos, la gran abandonada.
Redacción.
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