El pasado domingo 14 los vecinos de la calle Santa Lucía se despertaban con el desprendimiento de cascotes que obligaba a cortar la calle. Más de dos semanas después, la situación no se ha solucionado. 

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La calle Santa Lucía cumple más de 14 días cerrada al paso de vehículos. Se encuentra entre el fin de Castiñeiras de Abaixo y el paso de Alfonso Molina. Hoy una alambrada contiene que los desprendimientos no tengan peores consecuencias, pero los vecinos alertan de la situación y reclaman una respuesta del Concello. 

Ni las reiteradas protestas vecinales realizadas en la zona, ni los sucesivos desprendimientos, ni el mero estado físico del edificio han motivado una solución. Por el momento, el cierre con unas simples vallas ha sido la única medida adoptada. Desde el BNG, esta situación es una “nova proba de que se precisa un inventario de inmóbeis abandonados”. Francisco Jorquera, protavoz de la formación nacionalista en María Pita, ya registró la semana pasada una pregunta por escrito al Gobierno Local para abordar este problema. A los vecinos se les agota la paciencia, pues no solo se trata de un problema de seguridad, sino que el deplorable estado del edificio se ha convertido en un ambiente idóneo para que las ratas se reproduzcan e instalen allí su morada. 

Un parque inmobiliario envejecido 

El 40% de edificios de la ciudad tienen más de 50 años. Un total de 44.172 viviendas se levantaron hace más de medio siglo. Casi la mitad de los inmuebles coruñeses podrían beneficiarse de los fondos Next Generation para ampliar y mejorar el parque de viviendas dentro del Plan de Recuperación y Resilencia. 

Redacción.

Imagen de portada @EloyTP

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