La tensión sobrevoló la bancada de visitantes después de que la alcaldesa llamase al orden a varios representantes de la plataforma Os Mallos Unidos. La agenda de trabajo contó con solo un asunto de gestión.

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El duelo político entre la alcaldesa de la ciudad, Inés Rey, y la plataforma vecinal de Os Mallos a cuenta de la inseguridad y el olvido del barrio, volvió ayer a subir enteros tras el lanzamiento de varios dardos velados entre ambos. Aunque a la hora de la verdad, pajarito y pardales no son iguales. La ausencia de seriedad de la alcaldesa socialista, que forma parte de su azote social, estuvo lejos de adoptar un perfil bajo. Mandó callar «porque xesticulábamos e dicíamos non coa cabeza». Según ha declarado la plataforma en sus redes sociales, la regidora confunde «autoridade con autoritarismo». Ni el PSOE ni la plataforma ceden, en el que es ya uno de los conflictos más largos del mandato.

Al PP no le gusta «instar»

A pesar de llevar consigo una moción contra las declaraciones del ministro de Consumo, Alberto Garzón, sobre el sector ganadero -en A Coruña hay 16 vacas registradas-, el PP de la ciudad se puso nervioso a la hora de apoyar al BNG. En realidad era de esperar, pues sus mociones llevaban consigo dos palabras prohibidas en el partido azul: gallego y salud. El partido votó en contra de instar a hacer cumplir la ordenanza del gallego y de defender el sistema de salud pública.

Así mismo, los socios del PSOE ya empiezan a marcar distancias. Recordemos que el PSOE y la Marea se unieron para aprobar los presupuestos de este año con una única condición puesta por los atlánticos: no aceptarían el pago de Batería y Calvo Sotelo por 15 millones de euros. Conscientes de que Inés Rey ya ha hecho lo más difícil, como es sacar adelante los Presupuestos, las distancias empiezan a fraguarse. En esta línea, los nacionalistas fueron incisivos a la hora de recordar los deberes pendientes con la Casa Cornide.

Redacción.

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