El Deportivo, de inferior categoría, logró hacer siete goles (7-1) en el amistoso que disputó contra la Ponferradina en el campo de A Magdalena, en la localidad lucense de Vilalba.
El deportivismo, acostumbrado a los disgustos, sabe que la pretemporada solo sirve para coger ritmo y pocas conclusiones se pueden sacar de los partidos amistosos, pero lo de ayer en Vilalba quedará marcada para siempre en la cabeza de los del bierzo. Porque el Deportivo de La Coruña pasó por encima de la Sociedad Deportiva Ponferradina, a la que ya ganaba 5-0 en el descanso y 2-0 en los primeros cinco minutos gracias a dos goles de Alberto Quiles y la mala defensa del conjunto berciano.
El Deportivo bordó el juego con un Quiles imperial y la chispa de Antiñito intacta. Ni siquiera bajó el ritmo después de un carrusel de cambios donde todos los suplentes que estaban en A Magdalena tuvieron minutos. Solo Pablo Brea, el portero suplente, no pisó el terreno de juego. La Ponfe sorprendió por su falta de reacción, que hizo aguas en en defensa y tampoco encontró -ni buscó-, oportunidades de cara a la portería rival. El Deportivo remató, casi completamente solo, cada centro que sus jugadores pusieron. La Ponferradina tuvo que esperar a que la primera media hora de juego recorriese el reloj para probar a Mackay por primera vez.
Borja Jiménez hizo nueve cambios de una sola vez, brindando la oportunidad a Tim Caroutas y a Martín Ochoa para que marcasen el 6-0 y el 7-0 respectivamente. Naranjo, extremo izquierdo de la Ponfe, cuya trayectoria futbolística tuvo un parón en el club del eterno rival, convirtió a cinco minutos para el final el gol del honor para el equipo de José Gomes. Un broche de oro al partido… El equipo gana y convence.
Redacción.
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