Moncloa anunció este lunes 20 de marzo la formación de dos nuevos gabinetes para el que a todo pronóstico será el último periodo del actual Gobierno hasta la convocatoria de nuevas elecciones. Los principales cambios se dieron en Industria, con la entrada de Héctor Gómez, y en  Sanidad,  cartera que pasa a las manos de José Manuel Miñones, ex delegado del Gobierno en Galicia.

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A la misma hora a la que se escriben estas líneas, un nuevo dirigente gallego se sienta en el Consejo de Ministros de la Moncloa. José Miñones recogerá la cartera de  la ministra saliente, Carolina Darias, en la sede del Ministerio de Sanidad y asentará en los libros de historia dos nuevas disposiciones de estudio: ser el primer ministro de sanidad farmacéutico y el primer ministro cuyo apellido es llevado por menos personas en el mundo, sin ser marqués o rey, claro.

Si bien la faceta política de Miñones nos parece menos interesante para contar esta historia -cientos de rotativos ya han inundado de tinta e información la red-, es preciso realizar un pequeño repaso de quién es José. Con 50 años a sus espaldas, era hasta ahora delegado del Gobierno en Galicia, con residencia en la céntrica Plaza de Ourense, a pesar de que no utilizaba la vivienda oficial. Licenciado en Farmacia, ejerció de docente de química física en su lugar natal, Santiago de Compostela, también fue alcalde del municipio coruñés de Ames. Uno de los apuntes más generalizados que ha realizado la prensa es que Miñones fue uno de los primeros alcaldes en apostar por Pedro Sánchez, aún antes de liderar el partido socialista. 

Desengranado el curriculum vitae, es cuestión ahora de fijarnos en su apellido, una reliquia para aquellos amantes de lo único y distinto. Apenas hay 600 «miñones» en el Planeta, cuyo origen se encuentra, seguramente, en un topónimo de la zona de Vimianzo o Dumbría, tal y como apunta el periodista Santiago Garrido, autor de este descubrimiento. Solo existen tres personas con este cognombre en Canarias, repartidas entre Fuerteventura, Tenerife y Gran Canaria. Pero si nos trasladamos a Asturias o a Castilla, únicamente una. Sobre todo se encuentran en la provincia de A Coruña, entre la ciudad herculina y A Costa da Morte. Solo deseamos que su dedicación sea tan única como su apellido.

Iván Alx.

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La viabilidad de este proyecto, en peligro