
El candidato y presidente de Vox, Santiago Abascal, visitó A Coruña en su gira que está realizando por toda España para «pedirle claridad a Feijoo». Ante más de 300 personas reunidas en el hotel Meliá María Pita, el político conservador apenas hizo referencias a la ciudad o a la política municipal, mientras que se centró en un discurso en clave nacional.
Mientras su dedo índice señalaba un cartel que ponía «La Coruña», el candidato de extrema derecha recordó que esta es la tierra de los suyos. Recibido a gritos por una multitud que jaleaba su nombre, Santiago Abascal -nada más empezar-, hizo su primera reivindicación: «por respeto a mi madre voy a decir La Coruña». Y el auditorio arrancó en aplausos.
Siempre haciendo saber a quienes lo escuchaban que su trabajo es un «honor», se presentó como víctima de los «pronósticos» de la prensa. Espetó sin tambalearse que existe un «divorcio total» entre las personas y los medios de comunicación mientras comenzaba a preparar su clase magistral sobre los últimos acontecimientos del panorama político nacional e internacional. No volvió a acordarse más de la ciudad, tampoco de sus candidatos, pero sí mencionó al «terrorista Petro», al «despistado Feijoo» o a su amigo José Antonio Kast, que viene de conseguir una rotunda victoria en el proceso constituyente chileno.
A poco menos de 20 días para las elecciones municipales, Santiago Abascal quiso explciar que estas no eran tan importantes, sino que los ciudadanos se «juegan mucho más que un alumbrado», a la vez que se retrotraía a las elecciones municipales de 1931 para recordar que a parte de ser «un pucherazo» fueron el plebiscito que acabó con la Corona. El líder de la formación de las tres letras letras también se acordó de los comunistas chinos, de Manuel Godoy y de Ramón Tamames. Tampoco sobró en su discurso un alegato en contra de los impuestos que sumen «a las clases medias en la ruina», acusando a Sánchez de desaprensivo, a la vez que celebraba que el partido verde era la formación política preferida entre los más jóvenes.
Solo se volvió acordar de Galicia para mencionar que aquí se persigue al idioma español. En este sentido, defendió la puesta en marcha de una «Oficina de Defensa del Español» en nuestra comunidad, y no se refirió a Feijóo como nacionalista, de hecho se mantuvo más tibio con él que en veces anteriores. «Nosotros vamos a intentar ganar. Si no ganamos también sabemos a quién vamos a ofrecer un acuerdo», comentó Abascal mientras pedía claridad al Partido Popular respecto a sus intenciones tras el 28 de mayo. El acto terminó con una amenaza a aquellos de los suyos que no siguiesen la línea ortodoxa del partido: «si alguien de Vox defiende la Agenda 2030 me encargaré personalmente de expulsarlo».
Iván Alx.
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